Let’s go!
Let’s go! ¡Comezamos!
Tal cual nos despertamos cada nuevo día y de alguna forma, algún extraño tipo de contador parcial se pone a cero; de la misma manera, hoy comienzo de forma personal, una nueva andadura en cuanto a la escritura de mis «mamonadas» y pensamientos.
En realidad, no hay nada nuevo… Uno se despierta en la mañana y va a ser el mismo que se acostó unas horas antes. Igual de miserable, auténtico, vil, bondadoso o desgraciado que ayer… Nada cambia. Todo en nuestra vida es únicamente una continuidad de lo experimentado, decidido, vivido o sentido; pese a que ese raro, necesario y maravilloso estado propio de los seres vivos llamado dormir, nos haga parecer lo contrario.
De hecho, ese supuesto engaño a nosotros mismos, es absolutamente necesario.
Qué sería de nosotros si no pudiésemos tener la ilusión de que algo nuevo va a ocurrir… Qué haríamos si no existiesen las mañanas y pudiéramos, de alguna manera, hacer borrón y cuenta nueva con lo que hicimos ayer… Cómo podríamos vivir en una continuidad «continua».
Sería imposible…
Un ser que siente, experimenta, sufre y disfruta cada segundo de su vida; necesita, sí o sí, empezar de cero de alguna manera. No absolutamente, no de forma definitiva, pero permitiéndole vaciar el «buffer» temporal de la vida.
Escribe
Tiempo ha, mis dedos, corazón y mente tuvieron la oportunidad de conjuntarse y plasmar esa unión a través de este maravilloso medio llamado Internet. Se trataba de un proyecto empresarial que me permitió tener la ilusión necesaria para desarrollar, esa tan costosa (para mí), labor de escribir. El proyecto no prosperó y esa luz que me hacía levantarme muy, muy pronto cada mañana, se fue como lo hace un amor de verano…
Como no tenía motivo por el cual escribir, dejé de hacerlo.
Mucho ha llovido, tronado, «ventado» y «soleado» desde entonces. La herida provocada por la pérdida, se cerró. Volvió la tranquilidad, llegó el sosiego, retornaron noches completas de sueño; pero no así, el ímpetu por escribir. En ese devenir, una gran amiga a la cual siempre porto en mi corazón (Yöu, I Love yoU), me repetía de forma incansable que tenía que seguir escribiendo. Por supuesto, no la hice caso. ¡Quién haría caso a la vieja de los gatos!… (No es vieja (de momento…) y no tiene gatos, pero me permito el gustazo de darle cera…) Lo cierto es que, pese al dolor que me provoca decir esto, la «jodía» tenía razón, como casi siempre… («casi» en negrita para no llevarnos a equívocos):
Tenía que escribir
Let’s go!, entonces…
Lamentablemente, eso no depende de Internet, del proyecto en el que ande metido, de que duerma o no duerma o de la vieja de los gatos. No depende, ni tan siquiera de mí… Una labor tan ímproba, para un menda que no es escritor, ni periodista y, sobre todo, no quiere serlo, sólo es posible realizarla cuando una premisa se cumple: Estar imbuido de ilusión.
Y hoy, lo estoy…
Encripsetas
En perspectiva, lo veo como si hubiese estado dormido y acabo de despertar. He despertado una mañana y parece que empiezo de cero. Soy el mismo ser miserable, auténtico o vil que ayer, pero con la ilusión suficiente para afrontar un nuevo reto.
Let’s go!
Hoy, por tanto, inicio una nueva aventura en forma de tienda online cuyo segmento objetivo es una mínima parte de la población, creada con mucho esfuerzo, muy poco dinero y menos medios… Me considero un ser pragmático, así que comercialmente hablando no me he creado ninguna expectativa. «Mu» tonto sería, por mi parte, hacerme alguna; pero es innegable, que esta mierda me ha metido la ilusión en el cuerpo.
Y ese «reconcome» interno me apasiona por dos razones:
Por un lado, pongo en marcha un proyecto en el cual yo he sido el creador, el director, el arquitecto, el diseñador, el encargado, el puto obrero, el «niño» del puto obrero, el botijo y el pañuelo de cuatro nudos (muy elegante, por cierto…).
Por otro, tengo la oportunidad de escribir acerca de la realidad que nos rodea sin ningún tipo de impedimento, cortapisa o censura; sin estar sujeto a la quietud «palabril» que me requeriría (y me requería) representar a una institución, organización o empresa ajena a mí.
Let’s go! Enjoy the show
Con eso, de momento, me basta…
Ayer escribía acerca de cualquier gilipollez o quizás, de cuestiones interesantes. Me da igual… Afortunadamente no vuelvo a leer lo que escribo; sería bueno, malo o mediocre, pero ciertamente mucho de lo dicho, hoy lo vería de otra forma. Como la puta vida misma, que requiere ser reseteada para asimilar la evolución (no darwiniana, sino experimental), a la que nos vemos sometidos.
Vivimos, de forma literal, únicamente en el presente. Damos por hecho un futuro, en el cual vamos a estar, pero del cual desconocemos las infinitas combinaciones que la vida nos presentará dentro de un minuto. Desgraciadamente nuestra mente suele estar, por un lado, arrepintiéndose o enorgulleciéndose del pasado y por otro, temiendo al futuro…
Esa es la puta magia de la vida física: Su única verdad incontrovertible es que tiene un fin (cuerpo) y hasta que llegue, seremos unos gilipollas si no disfrutamos del viaje (mente y corazón).
He despertado, soy una continuidad del que era, siento en mi cara un día soleado y voy a aprovechar este delicioso momento para repartir hostias a los que todos sabemos que se las merecen…
Como cantaban los Glutamato Yeyé: «…Que vamos «pallá», «totieso», «totieso», a ver quién se pone delante…»
Let’s go! Enjoy the show.
Nota del autor
No relacionar bajo ningún concepto la última expresión con los seguidores de la decimoctava letra de nuestro abecedario. Bajo ningún concepto, repito…
Fdo. Charli
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Una muy pequeña entidad con un sencillo y humilde sueño: Quitarnos de enmedio a esta puta caterva de «hijosdelagran» que deciden en todos los ámbitos de nuestra vida. Casi «ná»…
Agradecimientos especiales a los artistas y la plataforma que han permitido ilustrar esta página:
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